jueves, 11 de febrero de 2021

Sin licencia (marital) no hay paraíso

Recuerdo aquella tarde de verano en la playa en la que mi abuela me contó que, en su época, la mujer dependía absolutamente para todo de un hombre. Yo no podía dar crédito a sus palabras: ¿cómo podía ser posible que, tan solo unos 40 años atrás, mujeres como ella (¡o como mi madre!) no fueran tan libres como lo era yo en aquel momento?

Pues, aunque parezca mentira, es nuestra historia reciente. En los años 70 una mujer no podía tener una cuenta abierta en el banco, necesitando a su padre, o bien a su marido, para poder acceder a este producto bancario tan básico. 

Y es que, hasta el año 1975, en España estaba en vigor la "Licencia marital", en virtud de la cual el consentimiento del marido era requisito sine qua non para, por ejemplo, pagar una compra con la tarjeta de crédito. Y ello, para más inri, con independencia de que la mujer trabajara y ganase su propio salario.

Poder y licencia marital otorgado por el Marqués de Aldama en 1927.
Fuente: todocoleccion.net

Esta "Licencia" evidenciaba la posición de superioridad del hombre frente a la mujer en el seno del matrimonio, donde el marido ostentaba la autoridad sobre su esposa, considerada "cuasi-capaz" o "cuasi-incapaz", según se vea, para realizar actos y contratos con efectos frente a terceros, así como para trabajar o para ejercer el comercio.

Gracias al esfuerzo de numerosas mujeres feministas se promulgó la Ley 14/1975, de 2 de mayo, que vino a reformar varios artículos del Código Civil y del Código de Comercio en cuanto a lo que la situación jurídica de la mujer casada y los derechos y deberes de los cónyuges se refería.

No quisiera dejar de destacar la figura de dos mujeres que contribuyeron muy activamente en la lucha por alcanzar la plena capacidad de obrar de las mujeres casadas, impulsando la reforma de nuestro Ordenamiento Jurídico. 

Por un lado, la abogada María Telo Núñez, perteneciente al Cuerpo Técnico de Administración Civil del Ministerio de Agricultura, fundadora de la Asociación Española de Mujeres Juristas en 1971 y participante en la Comisión general encargada de revisar el Código Civil en el período de 1971 y 1975, donde se acordó la derogación de la licencia marital. En su libro "Mi lucha por la Igualdad Jurídica de la Mujer" (Aranzadi, 2009) se expresaba así "Después del ingreso en la universidad, mi vida ya no fue la misma. Al conocer tan directamente la situación jurídica de la mujer dentro del Código Civil, me sentí tan humillada, tan injustamente tratada, tan vilipendiada, tan nada, que ninguna explicación ni histórica, ni jurídica, ni religiosa, ni humana podían convencerme de que yo exageraba".

María Telo. Foto del semana HOY (05/02/2017)

Por otro, la novelista, ensayista y jurista Mercedes Formica, ferviente defensora de los derechos de la mujer en nuestro país. Fue una de las tres abogadas en activo en el Madrid de los años 50, con su propio despacho especializado en la defensa de las mujeres víctimas de violencia machista. En su obra "A instancia de parte" (Ediciones Cid, 1955) narró su experiencia vital y su desarrollo profesional en la abogacía, destacando la desprotección jurídica de las mujeres en España.

Mercedes Formica. Foto de ABC (06/11/2013)

Gracias a mujeres como ellas fue posible alcanzar la capacidad jurídica plena de las mujeres casadas. En 1978, con la entrada en vigor de nuestra Carta Magna, se decretó, por fin, la igualdad entre hombres y mujeres en España. 

El camino es lento, pero hay que recorrerlo: por ellas, por nosotras y por las que vendrán. Es nuestro momento para que esta igualdad, establecida en el plano formal, se convierta en una igualdad material, práctica y presente en nuestro día a día.

1 comentario:

  1. Que razón llevas, día a día y sin cerrar los ojos, porque todo pensé de un hilo, demasiado fino, gracias por tu aportación. Mi madre tuvo que pedir permiso a mi padre para vender su herencia

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